Bienvenida a esta meditación guiada.
Confía en estar aquí y permitirte este tiempo.
Tal vez sientas miedo o frustración ahora que diste a luz a tu bebé y el parto no fue el que deseabas.
Espero que esta meditación… te ayude a encontrar… con calma… la paz y la aceptación que necesitas… en este momento de tu vida.
Encuentra una posición amable con tu cuerpo.
Lleva las manos a tu vientre...
Conecta con las sensaciones que te trae tu respiración… mientras tu vientre se expande y contrae.
Siente la energía que habita justo allí… debajo de tus dedos… bajo la superficie de tu piel.
Inhala…
Exhala…
Reconoce las sensaciones del espacio que te rodea… Los sonidos… La luz… La temperatura que te envuelve…
Y sigue inhalando…. Sigue exhalando…
Acepta los pensamientos que vienen a tu mente… y vuelve amorosamente a poner el foco en tu respiración…
Reconoce tu ritmo… tu energía… Inhala… exhala…
Acepta las emociones que viven en ti ahora… Reconoce que son transitorias, impermanentes….
Con paciencia… con confianza… cuidando de ti misma, podrás encontrar la aceptación y la paz con aquello que es… tal y como es…
Siente tu respiración expandir tu vientre… sostén el aire por un instante y suéltalo suavemente…. Repite algunas veces esta respiración a tu ritmo… Inhala… Pausa… Exhala…
Habita este momento presente con toda tu plenitud… Y suelta lo que ya no te sirve, aquello que no te permite estar en paz…
Con cada exhalación suelta un pensamiento que te produce sufrimiento…
Inhala… y suelta las expectativas que tenías antes del parto…
Inhala… y exhala el enojo por sentirte incomprendida…
Inhala… y deja la frustración de no haber podido elegir…
Inhala… y suelta el deseo de control sobre las circunstancias de tu parto…
Visualiza una luz blanca que envuelve tu útero… Es una luz suave… tibia… y se expande con cada respiración.
Es tiempo de sanar tu útero… Lleva el aire hasta él y permite que esta luz blanca lo alivie… lo reconforte… lo fortalezca… lo sane…
Visualiza la luz blanca descendiendo por tus piernas, relajando tus muslos, tus rodillas, hasta llegar a tus pies, a cada dedo… Siente la relajación en tus piernas…
Vuelve ahora hasta tu útero y visualiza la luz subiendo por tu columna vertebral… inundando todos tus órganos… bajando por tus hombros, bañando tus brazos, tus manos… Subiendo por tu cuello… envolviendo tu rostro… tu cabeza… relajando cada músculo…
Es tiempo de sanar tus emociones junto con tu útero…
Habita este tiempo tan necesario para ti… Respira… aquí… conmigo… y habita el presente…
Irás soltando poco a poco el foco sobre aquello que no pudo ser como esperabas… Y estarás cada vez más presente en lo que SÍ es… aquí… en este ahora. Presente para ti, para tu bebé, para las personas que amas y te aman tal y como eres.
Cada vez que la mente y sus pensamientos te lleven a la tristeza, al enojo, la frustración o al miedo… vuelve a conectar con tu respiración… vuelve a conectar con la sanación que ella trae a tu cuerpo… a tu mente… y a tu espíritu…
La maternidad, como la vida misma, es impredecible….
Caminemos juntas hacia la aceptación…
Namasté
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