Bienvenida a esta meditación guiada.
Cada vez somos más conscientes de la necesidad de vínculos nutritivos, amorosos, donde el dar y el recibir fluyan sin más expectativas que las de cuidarnos y sentirnos cada vez mejor, más plenas, más completas.
Se sabe que el vínculo entre mujeres, amigas o compañeras que comparten sobre sus vidas, su mundo íntimo, que conversan sobre sus sueños, deseos, libido, dificultades, miedos o angustias… encuentran en la red un sostén capaz de aliviar tensiones… capaz de encontrar soluciones… de nutrir e inspirar, desde los aspectos más prácticos del día a día hasta el universo más profundo emocional y espiritual de cada una.
Y esta plenitud que nos trae el compartir y el sentirnos acompañadas, comprendidas, abrazadas… se irradia a nuestra vida entera… a nuestros vínculos amorosos, de pareja, a nuestra maternidad, a nuestras relaciones con el mundo y con nosotras mismas…
Abrir nuestro universo, dar pero también saber pedir y recibir es algo que a veces no nos resulta espontáneo o fácil de hacer. Sentimos miedo al juicio, a que nos vean como incapaces de sostenernos por nosotras mismas… Pero ya no es necesario hacernos fuertes y autosuficientes de este modo y a expensas de nuestro bienestar… porque sabemos que es en la red, la tribu, el grupo o la manada, como queramos llamarla, que nos sentiremos más relajadas, sostenidas y capaces de dar sostén porque no estamos solas y compartimos y nos necesitamos más de los que podamos imaginar…
Encuentra una posición cómoda… Sentada… Ubica las manos abiertas sobre tus muslos, con las palmas mirando hacia arriba…
Cierra los ojos… Y comienza a observar tu respiración…
No la modifiques… No busques controlarla… Sólo observa…
La respiración es el acto fundamental de dar y recibir…
Observa tu inhalación… Siente cómo te expandes y llenas de energía…
Observa tu exhalación… Siente cómo te entregas y relajas…
Inhala y llénate de prana… No intentes controlar, no bloquees, no reprimas el aire que entra a tu cuerpo con amorosidad, generosidad y empatía… Confía en aquello que el universo quiere darte… El aire fluye en ti, nutriendo cada una de tus células… Recibe esta energía vital… Toma consciencia de la abundancia del universo… Alimenta tu instinto receptivo…
Exhala y entrega el aire transformado… fundamental para el ciclo de la vida. Entrega la misma amorosidad, la misma empatía que recibiste, la generosidad que te habita… Confía en que aquello que tienes para dar será recibido… cumpliendo un círculo de nutrición entre el afuera y el adentro… entre tú y el universo que te rodea…
Inhalar y exhalar… Recibir y dar… Ciclo fundamental de nuestra existencia…
Lleva esta consciencia a tus círculos, a tus vínculos, a tus búsquedas como mujer, como madre, como ser en este universo de abundancia…
Visualízate en un círculo con las personas que amas, con aquellas que compartes tu vida, tus sueños, tus deseos… Visualiza cómo este círculo se sostiene con la respiración de todas y todos…
Con el dar y el recibir de todas y todos…
Inhala confianza…. Exhala confianza…
Recibe cuidado… Da cuidado…
Inhala empatía… Exhala empatía….
Recibe nutrición… Da nutrición…
Inhala seguridad… Exhala seguridad…
Recibe sostén… Da sostén…
Sigue respirando recibiendo aquello que necesitas… tómalo y transfórmalo para dárselo a quienes te reciben…
Lleva la consciencia de que en tu respiración se encuentra el bello ejercicio de dar y recibir… Obsérvate y reconoce cómo te sientes al dar y cómo te sientes al recibir…
Observa cómo fluyen estos momentos en tus vínculos… Cree y crea lazos de red, de tribu, de grupo de amoroso sostén y cuidado…
Apóyate en tu red y da sostén para que se fortalezca…
Confía en ti. En lo que tienes para dar.
Confía en el universo. En lo que tiene para darte.
Confía en la abundancia que te habita y te rodea…
Namaste
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