Bienvenida a este espacio para reafirmarte en tu maternar.
Escucha las siguientes afirmaciones y si lo sientes en cualquier momento, repítelas.
Encuentro una posición cómoda cada vez que amamanto a mi bebé.
Tomo un vaso de agua y conecto con mi respiración cada vez que alimento a
mi bebé.
Sostengo su cabecita, su pequeño cuerpo, protegiendo, cobijando maternalmente… Siento la suavidad de su piel cada vez que le doy mi pecho.
Mi leche fluye suavemente y sin esfuerzo.
Mi leche es abundante, deliciosa, tibia, nutritiva…
Aprendo con mi bebé y mi bebé aprende conmigo a nutrirnos en este momento de conexión profunda.
Alimentar a mi bebé es un momento único, en el que puedo despojarme por algunos minutos de las preocupaciones, las tareas, las ansiedades y estar presente.
Observo mi respiración y siento cómo se calma viendo a mi bebé alimentarse con mi leche.
Me relajo, me recupero y me nutro a mí misma cada vez que amamanto a mi bebé.
Me hidrato con abundante agua. Me nutro con alimentos saludables y ricos en vitaminas, minerales, fibras, colores y sabores.
Cuido mi cuerpo y me siento cada día más fuerte y plena.
La maternidad me regala esta experiencia única de conexión conmigo misma y con mi bebé.
Amamantar es tan natural, fácil, dulce y relajante para mí.
Mi cuerpo sabe perfectamente cómo alimentar a mi bebé.
Mi bebé sabe perfectamente cómo nutrirse de mi leche.
Mis pechos y mis pezones se adaptan día a día a la lactancia.
Siento cómo mi energía y mi vitalidad aumentan día tras día.
Siento cómo mi confianza en mí misma crece cada día.
La leche alimenta a mi bebé con nutrientes y con amor profundo.
Disfruto de alimentar y nutrir a mi bebé cada día. Disfruto de ver cómo crece fuerte y saludable.
Mi cuerpo produce la cantidad de leche suficiente para alimentar a mi bebé.
A medida que va creciendo, mi cuerpo se va adaptando a sus necesidades de nutrición y conexión.
Siento confianza en alimentar a mi bebé con el mejor alimento que existe.
Siento plena confianza en la lactancia.
Siento confianza en poder amamantar a mi bebé siempre que lo desee y con la cantidad de leche necesaria para satisfacerle y confortarle.
Cada vez que alimento a mi bebé le doy seguridad y contención… Le doy el cariño y la dulzura que necesita para crecer con confianza en el mundo que le rodea.
Tengo la capacidad de crear momentos íntimos, de cercanía, de presencia, de conexión, cada vez que voy a amamantar a mi bebé.
Cada día, amamantar se hace más fácil y fluido para mí.
Bebo suficiente agua para hidratarme y cuidar de mi cuerpo.
Mis pechos y mis pezones se adaptan día a día a la lactancia.
Mi leche fluye suavemente y sin esfuerzo.
Mi leche es abundante y nutritiva.
Logro relajarme y despojarme de las tensiones y preocupaciones cada vez que siento o me acuesto a amamantar a mi bebé.
Conecto a mi respiración y tomo esos minutos para estar presente.
Conecto profundamente conmigo misma y con mi bebé en los instantes de lactancia.
Amamantar es tan natural, fácil, dulce y relajante para mí.
La leche alimenta a mi bebé con nutrientes y con amor profundo.
Mi cuerpo produce la cantidad de leche suficiente para alimentar a mi bebé.
Aprendo con mi bebé y mi bebé aprende conmigo a nutrirnos en este momento de conexión profunda.
Alimentar a mi bebé es un momento único, en el que puedo despojarme por algunos minutos de las preocupaciones, las tareas, las ansiedades y estar presente.
Observo mi respiración y siento cómo se calma viendo a mi bebé alimentarse con mi leche.
Me relajo, me recupero y me nutro a mí misma cada vez que amamanto a mi bebé.
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